Ella en casa, sola como tantas mañanas de Domingo, después de un buen desayuno y ojear sin interés un periódico con demasiadas noticias asesinas, escuchó a lo lejos su teléfono que sonaba. Tampoco era raro, ya que su móvil era un hervidero de mensajes a todas horas, así que tampoco le dio demasiada importancia y siguió a lo suyo...
Esa mañana se notaba perezosa, era de esos días en que a una no le apetece hacer absolutamente nada, pero aun así arrastrando los pies hacía la habitación se dispuso a hacer la cama, esa que había sido el terreno de lucha la noche anterior, donde las sabanas y los almohadones volaron por los aires ocasionando todo un temporal en aquel cuarto oscuro. Sin duda, la llegada de su marido había sido de lo más placentera, y atrás quedaban los pensamientos hacia el pasado que la había visitado días antes. Después de todo, si él había tenido la suerte de recibir su mensaje en una botella, seguro que no la molestaría más...y esa era la intención en el momento que le escribió, o no?.
Cuando ya tenía la habitación lista para otra batalla de amor a media tarde, se acordó del mensaje en el móvil. Se tiró en el sofá y agarró el teléfono para abrir el contenido. No se lo podía creer, era él de nuevo, pero que significaba este mensaje?, por qué no era más claro?, la estaba volviendo definitivamente loca!.
En el mensaje podía leer claramente lo feliz que estaba, lo bien que le iba y como estaba disfrutando de sus días en casa, todo con normalidad, excepto ese final...Pronto volveremos a hablar...
Pronto?, cuando es pronto?, y porqué solo podían hablar cuando a él se le antojase?, por qué seguía apareciendo y desapareciendo de su vida sin dar más explicaciones?. Quizá la mente de los hombres no había sido creada para el alcance de su cabeza, o simplemente él estaba jugando con ella...fuera como fuera, esta vez no permitiría que eso sucediera. No podía correr riesgos, necesitaba aclarar ese asunto como fuera...Pero esta vez lo haría esperar, esta vez no respondería al mensaje de inmediato, no iría corriendo a contarle que tal le habían ido los últimos días, mejor hacerle esperar, que vea que la última carta iba en serio, que no estaba dispuesta a seguir jugando al aquí estoy cuando el señor quiera. No, esta vez, se lo iba a poner un poco más difícil, estaba demasiado acostumbrado a tener al ángel siempre de guardia, pero esta vez el angelito se tomaría unos días de vacaciones...
Cuando se dio cuenta, su marido había entrado por la puerta con un poco de comida, y esa sonrisa tan especial que solo él sabia poner para alegrarle un domingo de pereza en casa.
Ella corrió a recibirlo, lo abrazo fuerte, lo beso...y decidió que tampoco pasaba nada si volvían a deshacer aquella cama...
como me gusta esta historia en capitulos, es para escribir un libro , mantiene al lector en vilo, pensando que hara ella, que hara él, cuando viene el proximo que me intriga como sigue, besos.
ResponderEliminarHola Marta, aquí andamos enganchados a esta interesante historia, es hermosa,gracias, pasa buen sábado, besos.
ResponderEliminarummmmm interesante!!! qué intriga! cuenta, cuenta..
ResponderEliminarbesos.
Gracias Sarita, lo que pasa es que el proximo capitulo no depende de mi, depende de ellos!!! jajajaja
ResponderEliminarDon vito, Muchas gracias, yo tambien estoy enganchada, a saber como acaban estos dos...
Perfectamente imperfecta!!! Pues eso, que ya ire contando segun vayan pasando cosas, yo no puedo adelantar más... ;-)