Te pintaré solo para mi.

Tan solo espero al pintor que me devuelva mis pinceles,
que me deje llenar el futuro de pinceladas de mil colores
y que atrás queden los tonos grisáceos de tristezas pasadas.
Quiero pintar un cuadro de forma que se borren todas las lágrimas derramadas,
llenarlo de tonos cálidos que me recuerden que aun hay esperanza,
dibujarte en él, aunque de una forma más animada,
y llenarlo de melodías que me recuerden tu sonrisa, y no tu peor etapa.
No te imaginas lo difícil que se me hace dormir con tu imagen pegada en la almohada,
la noche se me hace tan corta que me despierto mil veces para que no te vayas,
pero siempre llega la mañana con el perfume de tu ausencia,
y ahí es donde me siento de nuevo abandonada.
Por eso quiero pintar una mañana soleada,
en la que tú siempre estés a mi lado y yo sonría de forma automática,
te pintaré con ropas cómodas, para que estés tan a gusto que nunca te vayas.
Y mientras agarró mi brocha con colores alegres
alguien se empeña en susurrar que nada es lo que parece,
que no puedo pintar mi futuro con todos los colores,
que la vida está llena de largos e interminables tropezones.
Pero este es mi cuadro, yo decido lo que pinto, lo que quiero y lo que amo
y decido que estés en el hasta que mis días se acaben,
que estés a mi lado hasta que yo pueda estar al tuyo.
Sé que con tantos colores tendré otra oportunidad,
quiero vivir, quiero volver a sentir como te miro a los ojos,
y como me miras a mi
descubrir que aun queda tiempo
que aun puedo pintar como vivo en ellos
y creerme que aun vivo en ti...