Como en un cuento...: Soñamos a la hora establecida... ( VIII )

jueves, 16 de diciembre de 2010

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Soñamos a la hora establecida... ( VIII )


Carola corre en medio de la noche. Su corazón va muy deprisa, tanto que bombea sangre de una forma escandalosa. Va ciega por las calles de la ciudad. Sólo ve a Alex, que la espera y la desea tanto como ella a él. Después de tanto tiempo podrá tocarlo, besarlo, y sentirlo sobre su piel. Su calor la envolverá como  rayos de sol en un día sin nubes. Ya nada volverá a ser como antes. Irán a contracorriente, lucharán a pesar de que el viento no vaya a su favor. Y lo harán juntos. Todo si consigue llegar.
Alex, mira desesperado todas las esquinas por las que pueda aparecer ese amor que lo vuelve loco. Aquella cuyos ojos enamoró desde el primer momento, esos ojos tan profundos. La encerrará entre sus brazos y hará de ellos unos barrotes para que no pueda escapar, o para protegerla y que nadie se la pueda robar. No ve la hora de poder verla después de todo el tiempo que ha pasado. Está nervioso, está preocupado.
La última calle, lo puede sentir cerca. Gira una esquina y el tiempo se ha parado. Dos miradas se cruzan y se reconocen al instante. Ella está incrédula. Por fin lo ha logrado. Corre un poco más a pesar de que su cuerpo está cansado.Un paso, otro más. Ya está. Sabe que él la abrazará.
Ya la tiene entre sus brazos. Ha conseguido cogerla. La abraza, la abraza eternamente. Nunca debió marcharse, pensó él. Y ella lo sabía, pero tenía miedo a no verlo más, por eso arriesgó todo para estar aquí, en este momento.
Carola despierta sudorosa entre las sabanas de lino que hoy la resguardan. A su lado, Daniel descansa, dormido profundamente sin imaginar lo lejos que ha estado de Carola esa noche.
Alex, grita airado al ver como sus brazos se apartan de los de ella. Como por arte de magia, va perdiendo la visión nítida que hace un momento tenía de su cara, del calor de su abrazo...de sus labios, aun no había conseguido besarla. A su lado, Natalia yace en el más profundo de los sueños, y Alex ya no sabe si conseguirá resistir a todo aquello.
Carola llora, con un llanto ahogado para que Daniel no la oiga.
Alex, furioso se levanta de la cama, se sienta en el salón, y no puede reprimir esas lágrimas.
Miles de kilómetros entre los dos, la misma noche, la misma hora...el mismo deseo...

1 comentario:

  1. AINSSSSSSSSSS como siempre esta historia no deja de conmoverme...besiños Marta.

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