sábado, 18 de diciembre de 2010
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La semana pasada, tuve una acalorada discusión con uno de mis amigos, en la que no me quedó del todo claro si logré explicarme como quería. Hablamos de todo y de nada, de intentar de mejorar cosas, de los que piensan que las ayudas no llegan a los que se mandan, y de mi teoría de que si nos lo proponemos podemos mejorar nuestro trozo de mundo. Al terminar la conversación, me fui para mi casa con esa sensación de vacío, de no haber planteado bien mis ideas, de no haber conseguido que la otra persona me entienda...Pensando en esto, me acordé de algo que hoy os contaré:
Cuando era una quinceañera, solía salir a pasear a la orilla de la playa sola, a pensar, a sentir, y a encerrarme en mi mundo. Allí me sentaba notando la brisa del mar acariciándome la cara, y leía esos libros de historias que tanto me gustaban, meditaba sobre la vida, sobre el mundo y sobre los sentimientos, que era de las pocas cosas que podía hacer exclusivamente sola. Nunca había podido compartir con nadie nada así, jamás logré desnudar mi interior ante otras personas, mostrar mi corazón, mi alma. "Cada uno es único", me decía a mi misma, aunque en realidad, estaba deseando encontrar a alguien con quien compartir todos esos momentos especiales.
A veces una puesta de sol, o un mordisco a esas ranitas de chocolate que me daba mi abuela, o el sonido de la lluvia al impactar contra los cristales, producen sensaciones inimaginables, lo que pasa es que muchas personas han olvidado como sentirlas. Muchos nunca aprenderán a escuchar su interior, por eso no saben sentir. Inventan emociones.
Todos creen que sentir es fácil, todos creen poder hacerlo. Todos dicen querer alguna vez a alguien, odiar, pero sin embargo, Por qué nunca nadie dice sentir la luna, una tarde alrededor de una hoguera, o el canto de los pájaros en medio de la ciudad? Acaso estas cosas no producen sentimiento alguno?. Sí lo hacen, a mí todas estas cosas me reviven el corazón. Cada nube con forma de dragón o de oso, era una emoción diferente, pero los demás nunca miraban al cielo, no tenían tiempo. Las personas no suelen ver más que lo que ve la mayoría, y el tiempo, ha hecho que muchas dejen de mirar, de apreciar, y por tanto sentir.
Yo seguía haciéndolo, me encantaba emocionarme con cosas como estas. Pero por desgracia, ahora el mundo es un lugar vacío, hay millones de personas y muy pocos sentimientos. El aire está sobrecargado, el estrés inunda los despachos de amargados empresarios con sueldos abismales, y la palabra "familia" es como otra cualquiera, sin importancia ni significado. El amor es mentira, y la envidia nace por cosas inútiles y sobrevaloradas. Creamos un mundo nuevo a la vez que destruimos otro. Por mucho que brille el sol, o que el cielo se enfurezca y desprenda sus hermosos rayos luminosos para que nos fijemos en él, las personas seguirán pensando en lo absurdo, en que hoy tendrán que ir en coche para no mojarse, o que hay que salir un poco antes del trabajo para poder comprar el último videojuego del mercado. No verán ni sentirán nada, más que fastidio por el mal día que hace. Es imposible hacer sentir a nadie nada, y describir lo que esto es, no se puede expresar con palabras, solo se pues estar receptivo o no.
Aquella época fue bonita, pensé mucho y sentí también, sin embargo la tristeza me llego hace una semana mientras debatía con mi amigo, al darme cuenta de que ninguna de las personas que estaba a mi alrededor podía percibir todo lo que pasaba por mi mente en ese momento. Ya no me daba pena que nadie pudiera entenderme, sino que del resto del mundo, solo un puñado muy pequeño pudiésemos sentir así. Y me asusta pensar que un día, yo también pueda olvidarme de como hacerlo, entonces al pensar en esto, tuve mucho miedo, mi corazón empezó a latir fuerte y estallé en lágrimas...
Por primera vez en la vida, tuve miedo de verdad.
Hablamos de esos sentimientos...
La semana pasada, tuve una acalorada discusión con uno de mis amigos, en la que no me quedó del todo claro si logré explicarme como quería. Hablamos de todo y de nada, de intentar de mejorar cosas, de los que piensan que las ayudas no llegan a los que se mandan, y de mi teoría de que si nos lo proponemos podemos mejorar nuestro trozo de mundo. Al terminar la conversación, me fui para mi casa con esa sensación de vacío, de no haber planteado bien mis ideas, de no haber conseguido que la otra persona me entienda...Pensando en esto, me acordé de algo que hoy os contaré:
Cuando era una quinceañera, solía salir a pasear a la orilla de la playa sola, a pensar, a sentir, y a encerrarme en mi mundo. Allí me sentaba notando la brisa del mar acariciándome la cara, y leía esos libros de historias que tanto me gustaban, meditaba sobre la vida, sobre el mundo y sobre los sentimientos, que era de las pocas cosas que podía hacer exclusivamente sola. Nunca había podido compartir con nadie nada así, jamás logré desnudar mi interior ante otras personas, mostrar mi corazón, mi alma. "Cada uno es único", me decía a mi misma, aunque en realidad, estaba deseando encontrar a alguien con quien compartir todos esos momentos especiales.
A veces una puesta de sol, o un mordisco a esas ranitas de chocolate que me daba mi abuela, o el sonido de la lluvia al impactar contra los cristales, producen sensaciones inimaginables, lo que pasa es que muchas personas han olvidado como sentirlas. Muchos nunca aprenderán a escuchar su interior, por eso no saben sentir. Inventan emociones.
Todos creen que sentir es fácil, todos creen poder hacerlo. Todos dicen querer alguna vez a alguien, odiar, pero sin embargo, Por qué nunca nadie dice sentir la luna, una tarde alrededor de una hoguera, o el canto de los pájaros en medio de la ciudad? Acaso estas cosas no producen sentimiento alguno?. Sí lo hacen, a mí todas estas cosas me reviven el corazón. Cada nube con forma de dragón o de oso, era una emoción diferente, pero los demás nunca miraban al cielo, no tenían tiempo. Las personas no suelen ver más que lo que ve la mayoría, y el tiempo, ha hecho que muchas dejen de mirar, de apreciar, y por tanto sentir.
Yo seguía haciéndolo, me encantaba emocionarme con cosas como estas. Pero por desgracia, ahora el mundo es un lugar vacío, hay millones de personas y muy pocos sentimientos. El aire está sobrecargado, el estrés inunda los despachos de amargados empresarios con sueldos abismales, y la palabra "familia" es como otra cualquiera, sin importancia ni significado. El amor es mentira, y la envidia nace por cosas inútiles y sobrevaloradas. Creamos un mundo nuevo a la vez que destruimos otro. Por mucho que brille el sol, o que el cielo se enfurezca y desprenda sus hermosos rayos luminosos para que nos fijemos en él, las personas seguirán pensando en lo absurdo, en que hoy tendrán que ir en coche para no mojarse, o que hay que salir un poco antes del trabajo para poder comprar el último videojuego del mercado. No verán ni sentirán nada, más que fastidio por el mal día que hace. Es imposible hacer sentir a nadie nada, y describir lo que esto es, no se puede expresar con palabras, solo se pues estar receptivo o no.
Aquella época fue bonita, pensé mucho y sentí también, sin embargo la tristeza me llego hace una semana mientras debatía con mi amigo, al darme cuenta de que ninguna de las personas que estaba a mi alrededor podía percibir todo lo que pasaba por mi mente en ese momento. Ya no me daba pena que nadie pudiera entenderme, sino que del resto del mundo, solo un puñado muy pequeño pudiésemos sentir así. Y me asusta pensar que un día, yo también pueda olvidarme de como hacerlo, entonces al pensar en esto, tuve mucho miedo, mi corazón empezó a latir fuerte y estallé en lágrimas...
Por primera vez en la vida, tuve miedo de verdad.
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marta yo también pienso a veces que no encajo en este mundo, que no hay nadie que piense y sienta como yo, me cuesta creer que soy la única, leyendote me doy cuenta que en eso tambien somos iguales, yo me emociono al ver en mi patio volar un picaflor o clolibrí, al ver florecer mi jazmin, al ver la luna aparecer cada nooche no es algo infantil es solo dejar abierto el corazón a las cosas bonitas de este mundo y tratar que el resto piense como yo.
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