Cuando hace cinco o seis años, convencí a mi marido de que formara su propio equipo de fútbol, lo hice con la intención de que disfrutara de su deporte favorito incluyendo a todo un grupo de amigos. Lo que no me había imaginado, es que esos amigos, con el tiempo irían trayendo a otros, y sin darnos cuenta acabaríamos formando una gran familia.
No es un equipo de grandes victorias, no es de ganar títulos, o de pelear por ascensos a primera. No es un equipo que nos tenga acostumbrados a grandes goleadas, o a tácticas estudiadas con jugadas ensayadas. No, ellos definitivamente no son así.
En una liga de peñas, lo importante no es ganar, ya que realmente nadie gana nada, ni el que queda de primero en la clasificación, ni el que más goles mete, ni el portero menos imbatido, ni nadie de los que forman un liga como esta. A lo máximo que se aspira es a una copa de hojalata con el reconocimiento de haber participado esa temporada. Por lo tanto, lo importante no es ganar, ni ser los mejores, sino participar y pasarlo mejor que los mejores.
Y eso es lo que somos desde el primer año que empezamos, porque de lo que nadie duda, es de que somos los que mejor lo pasamos, de que no esperamos a ganar un partido para celebrarlo, que llevamos más afición al campo cada día, que los niños de algunos jugadores ya apuntan maneras y sueñan con debutar en un futuro Aladroque, que da igual cuantos goles nos encajen en cada partido que siempre tomaremos el doble de cervezas cuando finalice.
Somos los de las cenas, los que nos juntamos en comidas y churrascadas, los que hacemos equipo fuera y dentro del campo, y los que cumplimos el único requisito imprescindible para formar parte de este equipo, que no es ser el mejor jugador, ni el mejor goleador, sino el mejor de los amigos.Esta temporada hemos tenido partidos de todo tipo, le marcados goles a enfermedades, superamos lesiones, aumentamos la plantilla con nuevos chupetes y fichamos a otros que están por llegar, y ayer celebramos el final de una liga de duchas frías, de manos cortadas, de balones perdidos, camisetas sudadas, sobrecargas de abductores o tobillos torcidos, pero también de goles al borde del área, de palomitas debajo de la portería y laterales volando por la banda.
Ayer fue un día inolvidable porque despedimos a tres de los grandes. Porque como cuando Mauro silva, Donato o Bebeto dejaron el Deportivo, ellos también se merecían su homenaje. Y porque no es un adiós, sino un hasta luego como dijo ayer uno de ellos. Los vamos a echar de menos, no por los goles, sino por el corazón. Porque son tres de las mejores personas que pasaron por nuestro equipo en todos estos años, y porque aunque ya no jueguen con nosotros siempre formaran parte del Aladroque, y siempre tendrán su sitio guardado en cada cena, en cada comida, o en cada caña que se pida detrás de la barra. Porque ya no hablamos de fútbol, sino de personas, y aunque el Aladroque nunca será lo mismo sin ellos, intentaremos dedicarles cada día de triunfo y de éxito, e intentaremos doblar el numero de cenas y de comidas para poder compartir el mismo tiempo con ellos.
Si, ayer fue un gran día, después de pasar por todo en esta liga, de empujar la piedra de Sisifo en cada jornada, un año más ha valido la pena formar parte de todo esto. Dicen que las aves migratorias siempre encuentran el camino de regreso, nosotros lo dejaremos bien señalizado con luces fluorescentes para que sepan volver si algún día quieren. Siempre seréis del Aladroque chicos, y siempre estaréis en el corazón de la afición.
precioso martita de verdad....bikos
ResponderEliminarQue bonito! Equipos y personas hacen grande al deporte!
ResponderEliminarSi la verdad es que el deporte es otra de las cosas que más unen. Gracias chicas!!
ResponderEliminarque lindo, que buenos grupos de amigos formas, me encanta, como compartes con los tuyos.
ResponderEliminarLo cierto es que son ellos los que comparten toda su grandeza conmigo, y yo feliz de tenerlos a mi lado. Gracias Sara.
ResponderEliminarGente como tú o tu marido hacen que valga la pena darle patadas a un balón.
ResponderEliminarFuturo Papá.
Marta sólo una cosa, dile a Martín que los deportistas no deberían fumar, jejejejeje.
ResponderEliminarNo en serio, me ha encantado leerte, una vez más
Huy!! Como sabías que ese era Martín??? Pues te tengo que decir que ya no fuma!!! Cambió el tabaco por un arpón para poder ir a pescar!!
ResponderEliminar:-)
Jejejejeje viste ???? Pues sabía que era Martín, por fotos que he visto vuestras, porque su mujer es tu amiga y me emocionó mucho veros en una foto el día de tu boda. En fins, ya hace un tiempecito que nos conocemos jejeje
ResponderEliminarBesos guapa !!!
Ahhh y me alegro de que Martín dejara el vicio, tabaco cacaaaaaaaaa