La visita del Papa a Galicia.

Admiro a la gente que cree en la reencarnación, o en la religión, porque eso de algún modo les da fuerzas para seguir adelante. Yo también creía en todo eso, hasta que un día se me iluminó la mente y vi que los buenos no eran tan buenos ni los malos tan malos.
Cuentan que cuando a Dalai Lama le preguntaron cual era la religión verdadera, él respondió: Aquella que nos hace mejores. Y yo no dudo que a alguna gente su religión los haga mejores, de hecho conozco a bastante gente que me demuestra a diario que así es. Pero también es cierto que la religión es la causa de muchas guerras, de muchos conflictos, y hasta de valores políticos, así que a algunos su religión también los hace peores.
Con la visita del Papa el Sábado pasado en galicia, visita que por cierto hemos pagado todos de nuestro bolsillo, me reitero en mis pensamientos no creyentes en cuanto a la iglesia. El Papa vino una vez más a darnos lecciones de laicismo, de relativismo moral y todas esas cosas que al Papa le preocupan. Volviendo a hablar de la mujer como persona subyugada al hombre, en pleno siglo XXI que ya me diréis, y comparando la España de hoy con la del 36.
La Real Academia define el laicismo como “Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”. Lejos de parecerme reprobable me parece el ideal al que ha de tender toda sociedad. Y lo de laicismo beligerante del Gobierno no parece muy cierto a tenor del presupuesto que el Estado dedica para asuntos de la Iglesia Católica, visita del Papa incluida que tuvo gastos pagados por todos.
Así que me temo, que después de mucho reflexionar estoy condenada al infierno. Porque en esta España en la que vivo, la iglesia se ha manifestado en contra de los homosexuales, y del matrimonio gay, pero yo nunca los he visto salir a la calle para protestar por los miles de niños que se mueren de hambre, o por la cantidad de gente que está en el paro. No los he visto convocar movilizaciones urgentes ante ninguna guerra, o salir a llorar a los miles de muertos que nos dejan cada día las guerras políticas o religiosas de este mundo en el que vivimos.
Así que condenada como estoy, reconozco que a pesar de que creo en Dios, en un solo Dios verdadero, ese que hace que las personas seamos más buenas, y que luchemos por un mundo más justo y mejor, no consigo entender a la iglesia. Quizá necesite una entrevista en exclusiva con el Papa, aunque el Domingo estuve en la plaza de San Pedro en el vaticano, y vi con mis propios ojos, una vez más como la cola de gente llegaba casi fuera de los dominios del vaticano para poder entrar pagando, a ese espacio lleno de lujos que se levanta con dinero de arcas comunes, pero que aun así si queremos verlo en primera persona tenemos que pasar por taquilla a depositar el dinerito contante y sonante de la entrada. Por supuesto, una condenada como yo se abstuvo, y se quedó en medio de la plaza mirando a la demás gente hacer la cola y compadeciendome de ellos.
Y puede que la visita de este hombre a Galicia haya generado dinero como dicen, pero a quienes se lo ha generado? Yo creo que quien a ganado con esta visita han sido los cuatro amigos de los políticos de turno, esos que pudieron poner su chiringuito en el sitio adecuado y en el momento perfecto, o que creéis, que cualquiera de nosotros podríamos poner nuestro puestecillo en la plaza del Obradoiro el sábado en hora punta? ...
Después de esto, seguro que más de uno se me echará encima, pero es mi opinión, y hablo siempre respetando las opiniones de los demás, lo que pasa es que a mi ciertas cosas me pueden, y ver a miles de personas durmiendo en el suelo en la estación de Termini (Roma), muy cerca de donde vive el Papa por cierto, es una de ellas. Creo que  el dinero que cobró por venir a Galicia, estaría bien empleado si esa gente dejara de dormir en el suelo, y él les diera cobijo con todos esos billetes, y algo de comida...