Como en un cuento...: El tiempo no parece que se detenga...

martes, 10 de agosto de 2010

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El tiempo no parece que se detenga...


El otro día comiendo con mi madre, salió en las noticias de otro accidente en un parque de atracciones. Digo otro, porque creo que no hace ni un mes que se murió una chica al salir despedida de una atracción y aun se desconocen las causas del fallo. La noticia del otro día era menos grave, tres chicas con esguinces cervicales y alguna que otra contusión por otro fallo en uno de estos artilugios. Yo sin poder evitarlo dije en voz alta:
- No me ven a mi ahí subida ni de broma!!
A lo que mi madre respondió:
-Pues antes bien que te gustaba subir, que si no te poníamos freno te gastabas todos tus ahorros en las fiestas.
-Me imagino que antes no tenia el sentido del peligro tan desarrollado. Le dije tan ancha.
El caso es que pensando en el tema, y en mi respuesta concretamente, me doy cuenta que los años si que nos cambian. Es verdad que antes hacía cosas que ahora no haría ni loca, porque no tenia miedo, ni tampoco veía el peligro. Me pasa con mi sobrina, que la llevo al parque y cuando se va a tirar por el tobogán voy como una loca a agarrarla no vaya a ser que se de un golpe. Y ella, me mira extrañada y me dice:
-Elba sola!!.
Claro, como se me ocurre intentar darle la mano con lo grande que es, de hecho yo con su edad me tiraba igual y no me pasaba nada, y de haberme pasado algo las heridas de guerra hasta eran una hazaña para poder enseñar al día siguiente en el colegio.
Así que decididamente Peter Pan tiene que estar cabreadísimo conmigo, porque irremediablemente he crecido, y por mucho que intente negarlo o quiera esconderlo, sin darme cuenta he dejado de hacer esas cosas que me parecen arriesgadas, cuando antes ni me planteaba el que podría pasar. La traición de Wendy, esa que tanto daño le hizo al pobre Peter, y a mi misma cuando un día vi que Wendy casi no se acordaba de volar, y compadecí a Peter, jurandome a mi misma que yo nunca lo traicionaría...Y ahora aquí me veis, como una niña perdida más rompiéndole el corazón y dejándolo solo en su mundo.
Me entristece un poco haber perdido esa inocencia, y esa falta de consciencia ante el peligro.
Lo cierto es que antes no tenia más preocupaciones, que hacer los deberes del colegio, estudiar un poco, y jugar, divertirme o guerrear con mi hermana.Y ahora, pienso en llegar a fin de mes, en poder pagar mi hipoteca por muchos años, y en tener mucha salud, que no me venga ninguna enfermedad y cosas por el estilo.
Si me paro a pensar en las conversaciones de mis padres cuando yo era pequeña, son las mismas que desarrollo yo ahora, con lo cual siendo sincera conmigo misma, y por mucho que me pese, creo que ya no soy aquella niña.
Eso no significa que no conserve mi lado infantil, que lo tengo y además muy desarrollado, pero me da vértigo pensar que ahora toca algo nuevo, otra etapa que echarse sobre los hombros, y ya se sabe que los cambios son complicados, y que a veces resultan todo un trastorno. Pero también es bonito abrir nuevas etapas, aprender otras cosas, descubrir nuevos horizontes...
En definitiva: que la vida pasa, y que no se detiene, así que solo nos queda agarrarla con fuerza, y vivir el día a día sin mirar demasiado atrás, no vaya a ser que nos golpee fuerte la melancolía de lo que pudo ser y no fue...

1 comentario:

  1. Marta te entiendo perfectamente, somos superprotectores con los niños, no digo que nuestros padres no lo fueran con nosotros, pero ... de distinta manera.
    Yo en estas vacaciones me he dado cuenta de lo distinta que es la infancia de ahora a la nuestra

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