
Diario de mi maleta, es justo lo que tendré que escribir a la vuelta de estas mini vacaciones. Un viaje terapéutico, descongestionante hacia el corazón del país. Es curiosos ver como todos escapan del gris asfalto de Madrid, y yo vuelvo en cada hueco que queda libre en mi agenda.
Resulta reconfortante llegar a un Madrid vacío, según los madrileños (entiendase madrileños, como habitantes de Madrid, ya que allí pocos madrileños quedan!!), y para mi, repleto de gente por las calles, como siempre.
Que porqué Madrid? Pues por motivos varios...La familia, los amigos, la tremenda agenda cultural que ya nos gustaría en Coruña,( tiendas, teatros, musicales). Que? ah que metí tiendas en el espacio cultural? Bueno es que para mi, ir de compras por Madrid es totalmente cultural, al menos mi visa se culturiza que no veas!!!. El caso es que no me gustaría vivir en Madrid bajo ningún concepto, y menos aun siendo de Coruña donde la tranquilidad predomina por donde quiera que te pasees, pero también es cierto que hacer una escapadita de vez en cuando está genial para disfrutar de cosillas que aquí no tenemos, asique que se prepare Madrid porque allá voy!!.
Lo primero que haré al llegar es ir a un concierto de Gospel, nunca fui a uno y lo cierto es que me mata la curiosidad, aunque los últimos comentarios que me llegaron me están empezando a poner un poco nerviosa, que si hay que cantar, que si hay que bailar...Pero que pretenden? que les desmonte el show?. Vale que soy Marta Sánchez, pero canto como el c... (mal).
Estoy contenta, porque quizá la música calme a ese pájaro que revolotea en mi garganta, y esa ansiedad que aveces parece llenar de agua mis pulmones. Quizá emprender este nuevo viaje haga que remita el aleteo de polillas que siento en el vientre, la luz vertiginosa que a veces quema las sienes, las ganas de empezar, de volver a encontrarnos...
Aquí va el manojo de sueños que tengo preparados, y envueltos entre periódicos de mañana, en una hoja del calendario, en el que marqué nuestros futuros e inmediatos encuentros. Si, porque este también será un viaje de encuentros, con uno mismo, pero también encuentros llenos de ilusiones. Reencontrarse con los sentimientos, con los lazos que unen, con recuerdos y viajes pasados, con la juventud de otras épocas y con los amigos que a pesar del duro camino que nos guia, siguen ahí contigo. Asique encuentros e ilusiones, todo mezclado y servido con el más dulce de los deseos, en un plato con ración doble de cariño.
Miércoles de espera, mientras tomo un café y veo estirarse la carretera por la que he de marchar, serpiente desplumada que viaja hasta el corazón de Madrid. Me encomiendo a ti y sueño, pero esta vez el sueño no se conjuga en futuro. Es ahora. Este es el momento, lo que me recuerda lo que es vivir. Porque aun queda todo por hacer...