sábado, 5 de noviembre de 2011
6
Te echo de menos, ya ves que tontería... y la noria en la que viajo no para de marearme con sus vueltas, con sus idas y venidas que no me dejan descansar. Tiemblo mientras el frío se cuela por la ranura de debajo de la puerta, y me escondo bajo una manta tirada en el sofá... En la tele ponen uno de esos "callejeros" que me recuerdan el deseo de la Toscana, los sueños que me llevan a ella de tu mano, y la impotencia de saber que aun vivos no tenemos la capacidad de dar pasos agigantados.
Suspiro tus besos, y el coche en el que viajas es la avenida de mis recuerdos... suena la música de fondo con un Ismael optimista, haciendo balance de nuestras vidas. Tantos días entre nuestro abrazo, tantas horas a su lado, tantos consejos regalados, nos han echo mucho más fuertes... y tú que aceleras, y te alejas, te escapas y yo ya estoy deseando que decidas volver...
Al otro lado de la ventana no deja de llover, el agua retumba en los cristales, y el cielo se ha tornado de un gris oscuro que me abruma, me temo que no falta demasiado para que llegue la tormenta, y este Noviembre se me carga en las espaldas, recordándome que no todo va a ser sol y buen tiempo, y que quizá esté bien escuchar relámpagos y truenos, por que quizá de eso también se pueda aprender...
Estarás ya en el destino... miro el reloj y solo ha pasado una hora de tu ausencia, es increíble como poco a poco se va agotando el aire que dejaste, como tienes el don de darme vida aun sin saberlo...
Te echo de menos ya ves, y solo es una jornada laboral la que nos separa, solo tendría que descolgar el teléfono para saber que estás ahí, al otro lado de la ciudad, sentado en esa mesa repleta de papeles por todos lados, desbordado por los que haceres de una vida laboral cualquiera, pero que me distancia demasiado de tu presencia...
Me hago un nudo con la manta, escondo la cabeza para no ver el gris de la distancia, y pienso si te habré dicho te quiero las veces suficientes, o si por el contrario me estaré quedando corta en mi insistencia. Nunca es demasiado cuando se echa de menos, yo esa lección la he aprendido hace tiempo... Aun así evito llamar, no quiero retrasar la vuelta, y en vez de contar ovejas, decido contar los minutos que nos separan en el espacio tiempo...
Me levanto con el cuerpo demasiado cansado, parece mentira lo rápido que han pasado todos estos años, y como empieza a notarse ya en nuestras miradas... en otros tiempos si que fuimos niños, y aunque nos cueste renunciar a esa infancia, poco a poco se va esfumando mientras nos van apareciendo canas, y quizá por eso esta soledad de ti, de tu risa, de tus caricias que se me borran de la piel, del abrazo dormido de hace apenas unas horas, y que tiemblo pensando en si me llegará para aguantar hasta tu vuelta...
Somos felices... y aunque el mundo se enfurezca con lavas encendidas, nos atrevemos a soñar días mejores, a planear mil amaneceres juntos y miles de noches escondida en tu regazo...Sabernos vivos aun sabiendo que el mañana puede ser un precipicio lleno de miedos y fantasmas, tener la capacidad juntos de no pensar en ellos, y apretar nuestras manos porque así seremos invencibles, siempre juntos acostumbrados a luchar contra los contratiempos que enfurecidos salen del armario... esperándote en fin...
Te amo y vuelves, por que sin darme cuenta y entre pensamientos banales, escucho el tintineo de las llaves tras la puerta, nerviosa me seco las lágrimas de la nostalgia, hago volar la manta por los aires, y descalza, notando el frío del suelo, corro a tus brazos, donde siempre encuentro ese consuelo, ese calor que necesito, esa ansia de vida, todos esos sueños...
Me miras sonriendo, y muy hábil notas la humedad de mis mejillas, sabes a conciencia que no hace ni cinco minutos que ahí donde posas ahora tus dedos, estaban esas lágrimas de soledad y recuerdos, y sabes perfectamente sin contarte, que es lo que en realidad echo en falta....
Te acercas a mi cuello, y en tu abrazo, escucho el susurro de que la Toscana aun nos anhela....
El hueco en el que anido...
Te echo de menos, ya ves que tontería... y la noria en la que viajo no para de marearme con sus vueltas, con sus idas y venidas que no me dejan descansar. Tiemblo mientras el frío se cuela por la ranura de debajo de la puerta, y me escondo bajo una manta tirada en el sofá... En la tele ponen uno de esos "callejeros" que me recuerdan el deseo de la Toscana, los sueños que me llevan a ella de tu mano, y la impotencia de saber que aun vivos no tenemos la capacidad de dar pasos agigantados.
Suspiro tus besos, y el coche en el que viajas es la avenida de mis recuerdos... suena la música de fondo con un Ismael optimista, haciendo balance de nuestras vidas. Tantos días entre nuestro abrazo, tantas horas a su lado, tantos consejos regalados, nos han echo mucho más fuertes... y tú que aceleras, y te alejas, te escapas y yo ya estoy deseando que decidas volver...
Al otro lado de la ventana no deja de llover, el agua retumba en los cristales, y el cielo se ha tornado de un gris oscuro que me abruma, me temo que no falta demasiado para que llegue la tormenta, y este Noviembre se me carga en las espaldas, recordándome que no todo va a ser sol y buen tiempo, y que quizá esté bien escuchar relámpagos y truenos, por que quizá de eso también se pueda aprender...
Estarás ya en el destino... miro el reloj y solo ha pasado una hora de tu ausencia, es increíble como poco a poco se va agotando el aire que dejaste, como tienes el don de darme vida aun sin saberlo...
Te echo de menos ya ves, y solo es una jornada laboral la que nos separa, solo tendría que descolgar el teléfono para saber que estás ahí, al otro lado de la ciudad, sentado en esa mesa repleta de papeles por todos lados, desbordado por los que haceres de una vida laboral cualquiera, pero que me distancia demasiado de tu presencia...
Me hago un nudo con la manta, escondo la cabeza para no ver el gris de la distancia, y pienso si te habré dicho te quiero las veces suficientes, o si por el contrario me estaré quedando corta en mi insistencia. Nunca es demasiado cuando se echa de menos, yo esa lección la he aprendido hace tiempo... Aun así evito llamar, no quiero retrasar la vuelta, y en vez de contar ovejas, decido contar los minutos que nos separan en el espacio tiempo...
Me levanto con el cuerpo demasiado cansado, parece mentira lo rápido que han pasado todos estos años, y como empieza a notarse ya en nuestras miradas... en otros tiempos si que fuimos niños, y aunque nos cueste renunciar a esa infancia, poco a poco se va esfumando mientras nos van apareciendo canas, y quizá por eso esta soledad de ti, de tu risa, de tus caricias que se me borran de la piel, del abrazo dormido de hace apenas unas horas, y que tiemblo pensando en si me llegará para aguantar hasta tu vuelta...
Somos felices... y aunque el mundo se enfurezca con lavas encendidas, nos atrevemos a soñar días mejores, a planear mil amaneceres juntos y miles de noches escondida en tu regazo...Sabernos vivos aun sabiendo que el mañana puede ser un precipicio lleno de miedos y fantasmas, tener la capacidad juntos de no pensar en ellos, y apretar nuestras manos porque así seremos invencibles, siempre juntos acostumbrados a luchar contra los contratiempos que enfurecidos salen del armario... esperándote en fin...
Te amo y vuelves, por que sin darme cuenta y entre pensamientos banales, escucho el tintineo de las llaves tras la puerta, nerviosa me seco las lágrimas de la nostalgia, hago volar la manta por los aires, y descalza, notando el frío del suelo, corro a tus brazos, donde siempre encuentro ese consuelo, ese calor que necesito, esa ansia de vida, todos esos sueños...
Me miras sonriendo, y muy hábil notas la humedad de mis mejillas, sabes a conciencia que no hace ni cinco minutos que ahí donde posas ahora tus dedos, estaban esas lágrimas de soledad y recuerdos, y sabes perfectamente sin contarte, que es lo que en realidad echo en falta....
Te acercas a mi cuello, y en tu abrazo, escucho el susurro de que la Toscana aun nos anhela....
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mmmmm pero hija mía en vez de estar dando botes, vas y te pones profunda, ajajaaj. Bueno pequeña broma, aunque realmente lo pienso así pero como soy un poco bipolar he de decir que sólo cerrando los ojos casi me siento enamorada de no sé quién ajajaj. Bueno está muy bien, pero sólo pa un rato ajajaj, que si es más me empalaga:). besos
ResponderEliminarHay tardes que la lluvia se cuela entre la piel, y arrastra el tiempo, eso sí con sabor de lágrimas.
ResponderEliminarA veces saber que está de camino, no es consuelo para los sentimientos desbordados.
Un beso
Marta que bonito escribes, mujer. Todos hemos estado sensibles y hemos añorado estar con nuestra pareja, a mi esa etapa me pasó cuando eramos novios, viviamos en ciudades diferentes, teniamos realidades diferentes, él estudiaba aún, yo ya había terminado mi carrera y trabajaba, yo quería volar ya solos, con proyecto de vida juntos, y él andaba aún en los mundos de yupi,jeje, nueve años de novios pero todo se superó con un ultimatúm y anda que no recordamos juntos esa época y nos reimos.
ResponderEliminarEl otoño es así, esta estación invita a la nostalgia, la has descrito fenomenal mediante tu estado de ánimo.
Sensibilidad máxima, muy buena entrada Marta, real como la vida misma. Solo una pincelada, el sofá la mantita una horita, más no! después una se levanta, se hace un café, se hace la lista de la compra, se arregla y sale a la calle, o pones música y limpias jejeje, o coges un libro y disfrutas, o ves una buena película, o coges el teléfono y hablas con el mundo ...
Un besito. Amelia.
Hola Bego!! Pues es que hay momentos para todo, para dar botes, para estar profunda y hasta para soltar lagrimillas de vez en cuando... Todo es bueno, lo único malo es no echar lo que uno tiene dentro para afuera, así que ahí va!! jajajja
ResponderEliminarNo me extraña que te enamoraras aunque solo fuera un momento eh, y eso que no lo conoces si no... jajajjaa Un besote guapa, y que sepas que yo también soy bipolar, creo que además se nota!!! Muaccckkk
Pilar que bien lo has explicado en cuatro lineas!!! Lo has entendido perfectamente! Un beso guapa!!! Muaccckkk
ResponderEliminarAmelia, a veces hay cosas y etapas en la vida que te llevan a extrañar a las personan aun viviendo juntas. El trabajo, las exigencias de este mundo, hacen que a veces te sobre todo, y no quieras esa jaula de oro en la que parece que la sociedad entera anhela estar... A veces te sientes sola, y no quieres a la familia o a los amigos, solo lo quieres y lo necesitas a él... Me imagino que estoy pasando por un momento duro laboralmente, y todo el mundo que se apunta a compartir nuestros momentos de ocio, ahora mismo me sobran... me sacan tiempo a su lado. Que egoista es lo que acabo de decir verdad? lo se, aunque me siento un poco bastante egoista ultimamente... aissxx estoy rara!
ResponderEliminarGracias por tus palbras, que aunque no lo creas me hacen pensar, y ahora casi es lo que más necesito!! Un besazo