En este preciso instante... XIV

Después del día de ayer con Peter, Carola había sacado algo en claro. Si quería saber que sentía realmente, tenía que ver a Alex como fuera. Necesitaba sacarse de una vez esta historia de encima. O se daba cuenta que era una simple amistad, o la verdad le estallaría en las narices! Pero no estaba dispuesta a alargar este sufrimiento dieciocho años más... Por primera vez Alex volvía a la ciudad, y era ahora o nunca, si se le presentaba esta oportunidad, estaba segura que era por algo... 
Se levantó con unas ojeras horrorosas, la verdad es que no había dormido nada. No paraba de darle vueltas a como sería el momento del encuentro. 
Pensaba en si él la notaría distinta, más mayor... Se miró en el espejo y se horrorizó al ver su propia imagen... Donde estaba esa niña de quince años que se había enamorado de Alex perdidamente?... Quizá ya no quedara nada de ella, quizá Alex ni consiguiera reconocerla...
Se metió en la ducha, y dejó que el agua caliente cayera sobre su espalda... trató de relajarse, y de pensar que era simplemente una cita con un amigo. Se tocó el anillo de su mano derecha, y pensó en Daniel...
-Ojala algún día pueda perdonarme el echo de que le oculte este día... 
Una lágrima volvió a asomar por la comisura de esos ojos azules por los que Alex tantas noches había suspirado.... 
-No. Hoy no voy a llorar. Hoy voy a terminar con esto. Lo hago por mi, por Alex, por Daniel... y también por Teresa... hoy nos daremos cuenta de lo ridículo de la situación, y todo volverá a la normalidad. Seguramente, después de hoy no volvamos a hablar, y esta locura quedara enterrada para para siempre... 
Pero tampoco podía evitar que eso le diera pena, sabía que echaría en falta esa sensación de locura quinceañera inacabada...
Tenía la ropa preparada sobre la cama. Un vestido de Dolce Gabanna que había comprado para una comida del trabajo, y los zapatos de tacón negros que le había regalado Daniel por su cumpleaños. Se estiró el pelo con el secador, y se marcó unos rizos en las puntas, eso le daba una imagen elegante y aniñada... Se maquilló como de costumbre, unos polvos, rimel azul infalible para destacar esos ojos, y un discreto gloss en los labios. 
Media hora después, estaba lista. Había llegado el momento.
Quedó con Alex en una cafetería del centro. Era amplia, y tenía unos sillones donde poder charlar cómodamente. Las mesas, eran viejas máquinas de coser Singer, y los taburetes de la barra, estaban vestidos por pantalones vaqueros de hombre... Un sitio muy original, donde Carola solía ir sola a relajarse con un buen libro mientras se tomaba un té. Aunque esta vez lo de relajarse iba a ser más complicado.
No le costó aparcar. justo delante de la puerta tenía un sitio esperando por ella. Parecía que los astros se habían alineado a su favor, por que no recordaba no tener que meter el coche en el parking cuando bajaba al centro. Pero hoy todo estaba predispuesto para el encuentro.
Estaba nerviosa, mucho. Se miró en el espejo retrovisor para comprobar que el maquillaje seguía en perfecto estado. Se retocó el pelo, y respiró profundamente una vez más.
No sabía si él ya había llegado, ni siquiera sabía que le diría... Pero ya no había vuelta atrás... Justo cuando iba a abrir la puerta del coche, el móvil le sonó dentro del bolso... Lo abrió rápidamente pensando en Daniel, y el corazón se le aceleró aun más...
Lo sacó y al ver la pantalla se le escapó una sonrisa... Era Peter!! Quien si no!!!.. Ahora no era el momento de que la hicieran pensar, ya había saltado al vacío y hasta el momento de finalizar la caída no pensaba hablar con nadie. Rechazó la llamada, y acto seguido apagó el teléfono. Hoy se aclara todo, y no va a haber ni una sola interrupción...
Bajó del coche, y entró en el bar. La luz era tenue como de costumbre, y caminó hacia el fondo buscando una mesa donde pudiera hablar sin interrupciones. Se sentó en uno de los asientos y ojeo la carta en busca de la bebida adecuada para el momento que iba a vivir... 
-Hola Carola, un té como siempre?
-Bufff No Mateo. Hoy prefiero que me pongas una estrella galicia bien fresquita!!
-Vienes muy guapa para el momento lectura no?
Se puso roja, lo sabía, lo notaba... Diosss!!! Me habré pasado con el vestido?
-Si, es que quedé con un amigo. esta tarde no habrá lectura...
-mmmm Eso de amigo suena bien eh! Ya era hora de que una chica como tú se sentara en esa mesa acompañada!
Carola se rió. Este que sabrá!! jajaja Se pensará que soy una chapona que solo piensa en los libros? En fin... 
Miró el reloj, las cinco en punto.
De pronto, notó como alguien tapaba sus ojos desde atrás. El corazón se le desbocó, notaba los latidos tan fuertes, que temía que le fuera a salir disparado de un momento a otro. Estaba muy nerviosa. Agarró las manos que le tapaban  con las suyas, y notó como una electricidad le recorría todo el cuerpo. Era él. lo sabía....

Alex, apartó las manos. 

Carola se levantó.

Era ella... Era Carola. Ahí estaba después de tantos años. Guapisima. Estaba más guapa de lo que la había visto en las fotos. Más guapa que con aquellos quince años... dios... era ella...

Carola lo miró, se notaba que estaba nerviosa, no sabía que decir. Tenía los ojos humedecidos por la emoción. Se había quedado estática, agarrotada. No podía mover un solo músculo.

Alex miró esos ojos. Cuantos años pensando en esa mirada... Y ahora está aquí. Otra vez... tan cerca...
Se acercó a ella, le dio dos besos y sin pensarlo la abrazó...

Carola se dejó fundir entre sus brazos. Era Alex!! Era él... Notaba el calor de su cuerpo rodeándola, mientras ella temblaba, no podía parar de temblar.

Alex notó ese miedo en ella, y solo pudo abrazarla más fuerte. Suspiró en voz alta...
-Carola... Mi pequeña y dulce Carola...

Y una lágrima resbaló por la mejilla de ella, y entonces se acurrucó aun más contra su pecho, en busca de un refugio donde estar a salvo por unos segundos.... Que no acabe este momento por favor... que no acabe nunca...